Los Secretos de la Colorimetría en el Diseño de Interiores: Cómo Elegir Colores que Mejoren tu  Espacio

Elegir los colores correctos en el diseño de interiores va mucho más allá de una cuestión estética. La  colorimetría nos ayuda a entender los efectos psicológicos y emocionales que cada color tiene sobre  nosotros, y cómo estos pueden transformar un espacio. Aquí te compartimos los principios básicos para  que logres espacios armoniosos y llenos de intención. 

Introducción a la Colorimetría: Teoría del Color y su Efecto Emocional 

Cada color afecta nuestro estado de ánimo de una manera única. El azul, por ejemplo, es un color que  calma, ideal para dormitorios y estudios. En contraste, el amarillo estimula la creatividad y la energía,  siendo excelente para espacios como la cocina o áreas de trabajo. El primer paso es identificar el uso  principal de cada espacio y elegir colores que apoyen ese propósito. 

Tendencias en colorimetría: 

• Colores fríos (azules, verdes, grises): Fomentan la tranquilidad y el enfoque, ideales para  habitaciones y estudios. 

• Colores cálidos (rojos, naranjas, amarillos): Son enérgicos y cálidos, buenos para áreas  sociales como la sala o comedor. 

Combinaciones Clásicas y Atrevidas: Cómo Elegir Según el Uso del Espacio 

El equilibrio en la elección de colores es esencial para lograr un espacio armonioso. Las combinaciones  clásicas, como el blanco y negro, son versátiles y siempre aportan un look elegante. Si prefieres una  combinación atrevida, opta por tonos contrastantes que mantengan equilibrio en el ambiente. 

Combinaciones recomendadas: 

• Azul marino y blanco: Un clásico que aporta frescura y amplitud. 

• Verde y rosa pálido: Una combinación moderna que crea un ambiente suave y acogedor. • Mostaza y gris: Perfecta para un look contemporáneo con un toque vibrante. La Regla de los Tres Colores: Cómo Aplicarla para un Look Profesional 

La regla de los tres colores es una técnica efectiva para lograr un espacio equilibrado. Escoge un color  dominante para el 60% del espacio (paredes), un color secundario para el 30% (muebles) y un color de  acento para el 10% restante (decoración). 

Ejemplo: 

• Color dominante: Gris suave en paredes. 

• Color secundario: Azul marino en el sofá y alfombra.

• Color de acento: Detalles en mostaza, como cojines y cuadros.